Cada día hay una noticia que agranda aún más el escándalo sobre la concesión de indultos por parte del Gobierno español. Cada día me acuerdo de David Reboredo y de su familia que espera el indulto y me pregunto cuánto más tienen que esperar para que regrese a casa, libre. Sinceramente creo que su caso es de manual: extoxicómano que ingresa en prisión cuando ya ha dejado las drogas y se ha rehabilitado y reinsertado. ¿Qué sentido tiene entonces la privación de libertad? En nuestro ordenamiento jurídico, orientado a la reinserción, no tiene ningún sentido. Pareciera que el indulto se habría pensado precisamente para casos como éste. Me temo que no es un caso excepcional: entre la lentitud de la Justicia y el azote de la drogadicción supongo que siempre habrá casos como el de David, personas que ingresan en prisión por delitos que parecen cometidos en otra vida (y…
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