En julio de 1993, Joele, Rino, Vanni y Gianni llegaron en el Judeca 2 a la isla de Faial, en las Azores. Tal y como manda la tradición en aquella isla del Atlántico, estos cuatro venecianos en ruta dejaron recuerdo de su paso en los diques del puerto. Por el dibujo, los imagino curtidos de Caribe y Mediterráneo, más gavilanes que gansos y con la proa ya apuntando hacia el Véneto, que si por Canarias se va, por Azores se vuelve. Vieja ruta de vientos y corrientes que costó lo suyo descifrar, porque en los genes no llevamos los humanos el instinto, sino el placer y el oro. Y los italianos más que nadie, con Venecia y Berlusconi a la cabeza.
Tengo sitio libre 
Debe estar conectado para enviar un comentario.